Es de noche y creo que me he enamorado.
Me he enamorado de unas palabras y unas letricas, y aquél ni siquiera sabe que existo.
Parece que el amor es así, una metáfora, una ilusión, una alucinación.
Huyo porque temo, porque no quiero aferrarme a tu saliva y a tu voz.
Te escribo porque anhelo que me busques, que sea de noche y me maldigas por ser tan distante.
Tengo ganas de bailar contigo en la oscuridad y desnudarte. Y jugar a inventarte; desde el rostro hasta los pies, desde tus olores hasta tus pasiones, desde tu sudor hasta mis suspiros.
No quiero abandonarte, pero eres lo que hace a la noche catatónica, lo que me convierte en un ser decadente. Y me pierdo, me pierdo justo cuando apareces de repente, me pierdo si tú te pierdes también.
Quiero besarte la boca y hasta los dientes mientras sea posible.
Cuando vayas a dormirte deséame buenas noches.
Y ojalá soñaras con sábanas blancas y obscenidades al oído.
Yo ando ganas, ganas de ti.
Hoy lo dije en voz alta y sonreí.
Mi día estuvo raro, subí a muchos buses y recorrí una parte extraña de la ciudad.
Luego me ví con muchos amigos a la vez y todos reímos y tomamos café.
Me fumé uno, dos, tres cigarrillos.
Pensé en ti al atardecer y luego te olvidé.
Bebí cerveza para suavizar la noche y llegue a casa para beberte a calores.
Necesito que miremos hacia arriba y contemos estrellitas hasta dormir.
Me pongo celosa y me muerdo los labios pero no te digo nada.
Pongo la música a todo volumen y bailo mientras olvido que el tiempo existe.
Luego tomo una ducha caliente y pienso en lo bonito que sería bañarnos juntos.
[Muérdeme los labios, dime que te pones celosa y empútate conmigo nena, te hace falta, te amo, me despiertas, eres de lo lindo que me pasa, eres de lo que nunca me pasa, cosita linda, tócate el ombliguito cuando pienses en mí o viceversa.]
Se siente bien el roce de los deditos en el ombligo. Te siento bien en mi cabeza y en mi boca, también.
[Qué ganas de verte, qué sueño, ojalá te viera todos los días y quisieras verme.]
Quisiera vivir contigo. Odiarte justo en la mañana y besarte salvajemente después de un jugo de naranja.
Odiarte en horas de trabajo y amarte a la noche.
Morderte los muslos y saborearte justo antes del 'buenas noches'.
Déjame sentirte cerca, déjame rozar los cuerpos, déjame destender tus sábanas blancas, déjame darte besitos en las cejas y en la nariz.
No me pongo seria porque no todos los días a la hora del break voy a querer sentirte. No todos los días voy a querer arrancarte la piel. No todas las mañanas voy a pensar en ti. No todas las horas voy a escribir para ti.
Quiero hacerte el amor todos los Jueves a la noche.
[Te quiero besar las piernas, por la parte de adentro.
Pero no en metáforas ni tildes, ni en sueños ni sábanas.]
Yo quiero que lo hagas también.
Contemos estrellitas hasta dormir. Sueñitos azules, canciones tristes, botellitas de alcohol.
[Te amo cosita linda, qué lindo que suena, volví para decirte eso, ya me voy, te beso en la boca, buenas noches, suéñame si me vas a olvidar luego entonces.]
Te amo muñequito. Sueña con elefantes.