domingo, 27 de enero de 2013

Un cigarro en la tarde.



Estoy mal.
Rayada de la cabeza.
Siento que el lazo que me une a la humanidad es tan frágil.

Estoy harta de ser juzgada constantemente.
De no poder decir nada.
De que todo esté mal.
Estoy desesperada... y ahora soy tan frágil y me cabrea ser tan frágil.
Me cabrea crecer y tener deberes para con la vida y el tiempo.
Siento que todo lo que hago es como llenando una lista interminable de deberes para agradar a quién sabe qué cantidad de personas.
No me gusta, no me gusto, nada.
Y es que hasta la satisfacción parece un puto deber.

La situación en casa está cada vez más difícil, la vida está difícil.
Estoy harta de tener que oír tantos gritos y tantas palabras fuertes.
De tener que ser violenta para no destruirme.
Es ridículo, es patético, muchas veces siento que me odio.

No me gusta mi aspecto físico, ni como pienso algunas veces, ni lo que hago.
A veces siento que no soy capaz de resistir.
Puedo pasarla bien pero no del todo, tengo el alma y el corazón bastante cascado, roto.
En las noches no hago sino mirar al techo.
No puedo dormir si no es con el televisor prendido, ya no disfruto el silencio.

No puedo parar de fumar, como si aquello fuera un remedio, qué pavada tan absurda.
No, no es sólo la casa, es el amor también, es el miedo que me da hacerle daño al amor.
Al amor en todas sus formas, me dan ganas de decir a las personas que amo tantas cosas.
Quisiera vivir con mi abuela o algo así, y hace tanto que no la veo.
Creo que mañana iré a visitarla.

Cosas que la gente necesita oír, eso es todo.
Pero si las digo hago daño, la gente se molesta, y todo es así.
Importa porque yo ya estoy dañada por dentro, y no quiero herir a los demás, ¿comprendes?

Todo es destructible, eso me da miedo.
Mi mamá me llama y siempre grito cuando mis papás me llaman.
Anoche ahorqué a una mujer un par de segundos, tuve miedo, sentí que era como mi hermano y me dio asco.
Tuve que subir a mi cuarto un momento.
No me gustan esas imágenes.
Parece como si a lo largo de los años hubiera acumulado mucho odio y mucha rabia, y a veces me desquito con quien menos lo merece.

Eso es. Es resumen.